Llegas a cierta edad y tu bañera se convierte en un obstáculo difícil de salvar, eres joven pero te han operado de una pierna y cuando vas a la bañera desearías que fuera una ducha o cada vez es más difícil de meter en la bañera a ese familiar que se encuentra en una silla de ruedas… Puede que este sea uno de tus casos y lo necesitas solucionar con la menor complicación posible.
Lo esencial es instalar cuánto antes un plato de ducha que evite que podamos accidentarnos intentando acceder a un sitio al que no podemos. Elegir la mejor opción para cada caso es muy importante:
Adecuación de bañera a ducha para personas con dificultades de movilidad:
– Lo aconsejable es instalar en nuestro aseo un plato de ducha extraplano que suponga un mínimo obstáculo en el acceso al mismo y que se adapte a las medidas adecuadas a nuestras necesidades. Con este plato de ducha el obstáculo resultante será de 3 cm de grosor con respecto al suelo.
– La elección del tipo de mampara puede ser abierta en este caso, pudiendo ser válida la elección de cualquier tipo de de ellas.
– La colocación de accesorios como asideros o sillas nos permitirá además tener puntos de apoyo donde descansar o apoyarse durante la ducha.
Adecuación de bañera a ducha para personas con movilidad reducida permanente y en sillas de ruedas:
– En este caso, además de un plato de ducha extraplano necesitaremos accesibilidad total que nos permita introducir una silla de ruedas. Para esto se instalará una pequeña rampa, del mismo material que el plato de ducha que hemos instalado, que nos ayude a salvar el pequeño escalón de acceso.
– Se aconseja la instalación de una mampara abatible para permitir el correcto acceso de la silla y con dos hojas, una superior y otra inferior, que permita que no se salga el agua por la parte inferior y a su vez poder abrir la parte superior para prestar ayuda.
– La colocación de accesorios como asideros o sillas adaptados a cada caso siempre serán de utilidad.